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Reflexión del evangelio de hoy | ¿Quién controla la otra mitad en el matrimonio?

· EVANGELIO

Cada uno de nosotros está lleno de ilusiones sobre el matrimonio, y todos queremos encontrar nuestra media naranja ideal, pero en la vida real, muchas personas no pueden lograr la vida matrimonial que esperan ... ¿Puede el matrimonio realmente ser elegido por nosotros? ¿Quién está dictando y organizando el matrimonio del hombre? La siguiente Palabra de Dios nos da la respuesta.

Dios dice: “Uno se encuentra con muchas personas en su vida, pero no sabe quién será su compañero o compañera en el matrimonio. Aunque todos tienen sus propias ideas y posturas personales en este asunto, nadie puede prever quién será finalmente su media naranja real, y las nociones que uno pueda tener cuentan poco. Después de conocer a una persona que te gusta, puedes mostrar interés por ella; pero si este interés es recíproco o no, si puede llegar a ser tu pareja, no te toca a ti decidirlo. El objeto de tus afectos no es necesariamente la persona con la que podrás compartir tu vida; y, entretanto, alguien que nunca esperabas entra silenciosamente en tu vida y se convierte en tu pareja, pasa a ser el elemento más importante en tu destino, tu otra mitad, alguien a quien tu destino está inextricablemente vinculado. Y así, aunque hay millones de matrimonios en el mundo, cada uno de ellos es diferente: cuántos matrimonios son poco satisfactorios, cuántos son felices; cuántos abarcan el Oriente y el Occidente, cuántos el Norte y el Sur; cuántos son uniones perfectas, cuántos son de un mismo rango; cuántos son felices y armoniosos, cuántos son dolorosos y tristes; cuántos son la envidia de los demás, cuántos son incomprendidos y desaprobados; cuántos están llenos de alegría, cuántos están inundados de lágrimas y provocan desesperación… En esta miríada de matrimonios, los humanos muestran lealtad y un compromiso vitalicio en el matrimonio, o amor, apego, e inseparabilidad, o resignación e incomprensión, o traición, incluso odio. Tanto si el matrimonio en sí trae felicidad como dolor, la misión de cada uno dentro del mismo está predestinada por el Creador y no cambiará; cada uno debe cumplirla. Y el destino individual que se encuentra detrás de cada matrimonio es inmutable; el Creador lo predestinó con mucha antelación”.
 

Extracto De “La Palabra manifestada en carne”

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