Versículo de la Biblia sobre evangelio de hoy
He aquí que estoy a la puerta de tu corazón, y llamo; si alguno escuchare mi voz y me abriere la puerta, entraré a él, y con él cenaré, y él conmigo
Apocalipsis 3:19
Hermanos y hermanas, el Señor Jesús prometió que seguramente vendría a llevar a los creyentes al reino de los cielos en los últimos días. Hoy estamos en el final de los últimos días, el día del regreso del Señor ha llegado y los creyentes están anhelando ansiosamente cada día que regrese, y no pueden evitar preguntarse ¿por qué todavía no ha venido el Señor? En el asunto de recibir el regreso del Señor, muchos se aferran a las profecías de que el Señor descenderá sobre las nubes, y ignoran las de que vendrá en secreto, si es así, es muy fácil de perder la oportunidad de recibir la venida del Señor y ser arrebatados. En la Biblia se está registrado muchas profecías acerca del regreso del Señor, y principalmente hay dos tipos: las profecías de que el Señor descenderá sobre las nubes en público y vendrá como el Hijo del hombre en secreto. Hemos citado algunas profecías clave para que todos las lean:
“Mirad cómo viene sentado sobre las nubes del cielo, y han de verle todos los ojos, y los mismos que le traspasaron o clavaron en la cruz. Y todos los pueblos de la tierra se herirán los pechos al verle. Sí, por cierto. Así será” (Apocalipsis 1:6).
“Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre, a cuya vista todos los pueblos de la tierra prorrumpirán en llantos; y verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes resplandecientes del cielo con gran poder y majesta” (Mateo 24:30).
“Y entonces será cuando verán al Hijo del hombre venir sobre una nube con gran poder y majestad” (Lucas 21:27).
Las profecías de que el Señor descenderá en secreto:“Mas llegada la medianoche, se oyó una voz que gritaba: Mirad que viene el esposo, salidle al encuentro” (Mateo 25:6).
“Ten, pues, en la memoria lo que has recibido y aprendido, y obsérvalo, y arrepiéntete. Porque si no velares, vendré a ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré a ti” (Apocalipsis 3:2).
“Mirad que vengo como ladrón, dice el Señor. Dichoso el que vela, y guarda bien sus vestidos, para no andar desnudo, y que no vean sus vergüenzas” (Apocalipsis 16:15).
“He aquí que estoy a la puerta de tu corazón, y llamo; si alguno escuchare mi voz y me abriere la puerta, entraré a él, y con él cenaré, y él conmigo” (Apocalipsis 3:19).
“Porque como el relámpago brilla y se deja ver de un cabo del cielo al otro, iluminando la atmósfera, así se dejará ver el Hijo del hombre el día suyo. Mas es necesario que primero padezca muchos tormentos y sea desechado de esta nación” (Lucas 17:24-25).
De estos versículos podemos ver que cuando el Señor venga, no sólo descenderá sobre las nubes en público, sino también llegará en secreto como el Hijo del hombre.
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