Volver al sitio

Devocionales cristianos cortos | Las convicciones de Noé de hacer cosas - Obedecer y escuchar la Palabra de Dios

· EVANGELIO

La Biblia dice: “Noé era un hombre justo, perfecto entre sus contemporáneos” (Génesis 6:9). De aquí vemos que Noé era un hombre justo y perfecto a los ojos de Dios. Inevitablemente, esto nos hace pensar en que cuando Dios le ordenó a construir el arca, él lo hizo y construyó según lo que Dios dijo, era un hombre que hacía la voluntad de Dios. Comparándonos con él, aunque defendemos el nombre del Señor y guardamos Su camino, e incluso trabajamos duro por Él y predicamos el evangelio para dar testimonio de Él, al encontrarnos con algunos entornos que no encajan con nuestros deseos, aún podemos quejarnos de Dios y no seremos capaces de obedecer Sus orquestaciones y disposiciones. Así, ¿podremos ser aprobados por Él?

Dios dice: “Lo que Noé hizo es materialmente diferente a lo que las personas están haciendo ahora. Cuando él hizo lo que Dios le ordenó no conocía Sus intenciones. No sabía lo que Él quería llevar a cabo. Dios sólo le había dado un mandato, le había ordenado hacer algo, pero sin proporcionarle demasiada explicación, y él siguió adelante y lo hizo. No intentó descifrar en privado los propósitos de Dios ni se resistió a Él, ni tuvo doblez de corazón. Sólo fue y actuó en consecuencia, con un corazón puro y simple. Hizo todo lo que Dios le permitió hacer; obedecerle y escucharle fueron sus convicciones para hacer cosas. Así fue como lidió de forma directa y simple con lo que Dios le encargó. Su esencia, la esencia de sus acciones, fue la obediencia, no cuestionar, no resistirse y, además, no pensar en sus propios intereses personales ni en sus ganancias y pérdidas. Además, cuando Dios dijo que destruiría el mundo con un diluvio, no preguntó cuándo lo haría ni trató de llegar al fondo de ello, y desde luego no le preguntó cómo lo iba a hacer. Simplemente hizo lo que Dios ordenó. Comoquiera que Dios quisiera hacerlo y con el medio que deseara, él siguió al pie de la letra lo que Dios le pidió y, de inmediato, emprendió acción. Actuó de acuerdo con las instrucciones de Dios con la actitud de querer satisfacer a Dios. ¿Lo hacía para ayudarse a sí mismo a evitar el desastre? No. ¿Le preguntó a Dios cuánto faltaba para que el mundo fuese destruido? No. ¿Le preguntó a Dios o acaso sabía cuánto tardaría en construir el arca? Tampoco lo sabía. Simplemente obedeció, escuchó, y actuó en consecuencia. Las personas de ahora no son iguales; tan pronto como se filtra un poco de información a través de la palabra de Dios, tan pronto como las personas sienten una señal de perturbación o de problema, entrarán en acción de inmediato, sin importar lo que pase e independientemente de cuál sea el precio, preparando lo que comerán, beberán, y usarán después, incluso planeando sus rutas de escape para cuando el desastre golpee. Es aún más interesante que, en este momento clave, los cerebros humanos sean muy ‘útiles’. Bajo circunstancias en las que Dios no ha dado ninguna instrucción, el hombre puede planearlo todo de forma muy apropiada. Se podría usar la palabra ‘perfecta’ para definirlo. En cuanto a lo que Dios dice, cuáles son Sus propósitos, o lo que Él quiere, a nadie le importa ni lo aprecia. ¿No es esa la mayor diferencia entre las personas de hoy y Noé?”.
 

De “La Palabra manifestada en carne”

También te podría interesar leer: Testimonios de fe en Dios

Scripture quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.