Wang Lan es una colaboradora importante de una iglesia local. Al ver que Jesucristo no regresaba en el año 2000, la fe y el amor de muchos hermanos y hermanas se enfrió, y desde entonces no asistían a las reuniones. Aunque ella predicaba y trabajaba en todos los sitios por cortesía, la verdad es que en el fondo de su corazón estaba extremadamente perpleja. Jesucristo no vino en el 2000 a arrebatarlos. ¿Se debía a que el Señor no había venido o porque estaban yendo por el camino equivocado y el Señor los abandonó? Ella no lo sabía. Es más, ni se atrevía a exponer estas dudas. …
La colaboradora Li Hua siempre estaba activa y era una entusiasta. Y sin embargo, durante todo este tiempo no había acudido a las reuniones. Por la tarde, Wang Lan y Liu Yun visitaron juntas a Li Hua.
Llamaron a la puerta de Li Hua. Li Hua apareció algo demacrada. Tras intercambiar unos saludos, Li Hua habló en confianza de sus sentimientos más íntimos: “Hermana Wang, hermana Liu, no quiero perderme las reuniones, pero conocéis perfectamente la situación de la iglesia hoy por hoy. A nuestra iglesia le falta por completo la presencia del Señor. Ya no soy capaz de sentir el liderazgo del Señor. Incluso si voy a las reuniones, oiré los mismos sermones viejos. Sería mejor que me quedase en casa a pensar a solas: ¿Por qué nos falta la presencia y la guía del Señor? A lo largo de todo este tiempo me lo he estado preguntando. En mi opinión, es como si hubiésemos seguido al hombre, tomado el camino equivocado, y hubiésemos sido abandonados por el Espíritu Santo. De lo contrario, según el camino de búsqueda del hermano Lin, deberíamos estar cada vez más transformados y sentirnos cada vez más seguros. Es más, la iglesia ahora no debería estar tan desolada. ¿No opináis lo mismo?
Las palabras de Li Hua tocaron la fibra de Wang Lan y Liu Yun. La verdad es que estas dudas eran las que les habían preocupado en sus casas. Inesperadamente, Li Hua sacó el tema ese día. Liu Yun miró a Wang Lan y luego dijo con firmeza: “Cierto. Yo también pienso que nuestra iglesia local hace mucho que ha perdido la obra del Espíritu Santo. ¿En qué lugar de la tierra estará el Espíritu Santo trabajando ahora? ¿Se supone que debemos salir en buscar de la obra del Espíritu Santo? No es bueno quedarse sentado y esperar pasivamente la llegada de la muerte. Como colaboradoras de la iglesia, deberíamos ser responsables de las vidas de nuestros hermanos y hermanas. La Biblia dice: ‘Las débiles no habéis fortalecido, la enferma no habéis curado, la perniquebrada no habéis vendado, la descarriada no habéis hecho volver, la perdida no habéis buscado; […]’ (Ezequiel 34:4). Hemos fracasado en nuestro cometido. Cuando llegue la hora, ¿cómo podremos rendirle cuentas al Señor?”
Las palabras de Liu Yun atravesaron el corazón de Wang Lan como una cuchilla. Wang Lan asintió y dijo: “De hecho, durante todo este tiempo, he estado estudiando las profecías en la Biblia acerca del regreso del Señor. Vi que las profecías ya se han cumplido. Si ese es el caso, ¿demuestra eso que el Señor ha vuelto? ¿Significa que otras iglesias han sido arrebatadas primero, pero nosotros no?” Al oír las palabras de Wang Lan, Li Hua pareció emocionarse un poco. Dijo emocionada: “Creo que es posible. Si otras iglesias de verdad han sido arrebatadas, demuestra que la nuestra ha ido por el camino equivocado y el Señor la ha abandonado. Entonces, ¿dónde aparece ahora el Señor para obrar?” Wang Lan continuó diciendo: “Basándonos en las profecías de la Biblia, hay dos posibles maneras para el regreso del Señor. Una es volver en secreto. La otra es aparecer públicamente. Ahora es el final de los últimos días. Puede que el Señor haya descendido en secreto, y aún no lo sabemos. Al igual que cuando Jesucristo obró en una ocasión sobre la tierra: tan sólo una minoría supo reconocerlo y lo siguió. No fue hasta que lo crucificaron y se les apareció públicamente a los hombres tras Su resurrección, que más gente supo que Él era el Mesías anunciado”.
Las tres hermanas abrieron sus corazones audazmente. Mantuvieron una conversación entre ellas. Cuanto más discutían el tema, más claro lo tenían.
Liu Yun: Hermana Wang, estoy completamente de acuerdo con tu interpretación. Puede que el Señor realmente haya vuelto. Si no lo buscamos, seremos eliminados.
Li Hua: Si eso es el caso, no deberíamos quedarnos sentados y esperar la muerte con pasividad. Deberíamos salir y buscar los pasos de la obra de Dios. Y sin embargo, ¿dónde buscarlos?
Wang Lan: Jesucristo dijo que volvería. Se hizo carne, y luego se encarnará como el Hijo del Hombre para obrar sobre la tierra cuando regrese. Sus palabras pueden demostrarlo. Dijo: “Porque como el relámpago al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro extremo del cielo, así será el Hijo del Hombre en su día. Pero primero es necesario que El padezca mucho y sea rechazado por esta generación” (Lucas 17:24-25). Creo que ‘el Hijo del Hombre’ aquí tiene que referirse a Dios encarnado. Si Dios no se hace carne para llevar a cabo Su obra, ¿cómo puede sufrir mucho y ser rechazado por esta Era? En el Apocalipsis también se profetiza: “Y me volví para ver de quién era la voz que hablaba conmigo. Y al volverme, vi siete candelabros de oro; y en medio de los candelabros, vi a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido con una túnica que le llegaba hasta los pies y ceñido por el pecho con un cinto de oro” (Apocalipsis 1:12-13). “‘El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. [...]’” (Apocalipsis 2:7). Como puede verse, cuando Dios regrese en los últimos días, se encarnará como el Hijo del Hombre y les hablará a las iglesias. Jesucristo también dijo: “Mis ovejas oyen mi voz, […]” (Juan 10:27). Por lo tanto, deberíamos ser vírgenes sabias, que buscan la voz de Dios. Donde esté lo que el Espíritu les dice a las iglesias, allí estará la voz de Dios. Cuando encontremos la voz de Dios y aceptemos Su obra, seremos arrebatados. El arrebatamiento, tal como yo lo entiendo, es aceptar al Hijo del Hombre encarnado y presentarse ante Dios. Eso es el arrebatamiento. Si no aceptamos el regreso del Señor, seremos abandonados y no seremos arrebatados.
Liu Yun: ¡Tienes razón! Es muy probable que el Señor vuelva a la tierra como el Hijo del Hombre a través de la encarnación para llevar a cabo Su obra. Aceptar al Hijo encarnado del Hombre es en verdad ser arrebatado. Deberíamos ser vírgenes sabias y buscar la voz de Dios. Sólo si encontramos a Dios y aceptamos Su nueva obra, habremos sido realmente arrebatados.
Li Hua: Tus palabras han sido iluminadas por el Espíritu Santo. Ahora conocemos el verdadero significado del arrebatamiento. Significa que el Señor vendrá a la tierra para cuidar de nosotros. Cuando oigamos Su voz, nos volveremos ante Él. Estaremos arrebatados. Está de pie en el aire y nos lleva al cielo; es totalmente la idea e imaginación del hombre. Es insostenible.
Wang Lan: Según la profecía en el Apocalipsis, la iglesia de Filadelfia será arrebatada cuando llegue el Señor. Y también dice en Apocalipsis 3:12-13: “‘Al vencedor le haré una columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, que desciende del cielo de mi Dios, y mi nombre nuevo. ‘El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias’.” “y mi nombre nuevo.” que se menciona aquí, tiene que significar que el Señor tendrá un nuevo nombre cuando regrese. La iglesia que será capaz de oír la voz de Dios y acepte Su nuevo nombre, es la Iglesia de Filadelfia. Es la única iglesia que en verdad será arrebatada. Aquellos que acepten el regreso del Señor, son los que habrán recibido el arrebatamiento y los que lo festejarán. Aquellos que no puedan oírle o aceptar Su nuevo nombre, serán abandonados. Así es como debería ser.
Tras el debate, la tristeza de Wang Lan se desvaneció. A sus ojos, el tema debatido durante aquella tarde había sido inspirado por el Espíritu Santo. Ahora conocía el verdadero significado del arrebatamiento y entendió que lo que ella había entendido en el pasado por el arrebatamiento, en realidad era su propia idea e imaginación, que no se correspondía para nada con los hechos reales. Sin embargo, dejando a un lado el entusiasmo, surgió otra confusión entre ellas: ¿Qué debían hacer para ser vírgenes sabias, seguir los pasos del Cordero y asistir a la celebración del banquete del Cordero, para no ser rechazadas por el Señor?
(Traducido del original en inglés al español por Eva Trillo)
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