I
Ya que el hombre cree en Dios,
debe seguir de cerca Sus pasos, seguir a Dios paso a paso,
seguir al Cordero adonde vaya.
Sólo los que buscan la senda correcta
son los que conocen la obra del Espíritu.
La obra del Espíritu Santo erradica a los que servilmente siguen doctrinas.
En cada época, Dios comienza una nueva obra
y trae un nuevo comienzo entre los hombres.
Si el hombre sólo acata las verdades de una era,
que “Jehová es Dios” y “Jesús es Cristo”,
no podrá seguirle el paso ni ganarse
la obra del Espíritu Santo.
Y sólo los que siguen al Cordero hasta el fin,
se ganarán Su bendición.
II
Aquellos que no siguen hasta el fin
o no siguen la obra del Espíritu Santo,
o no siguen la obra del Espíritu Santo
y sólo se aferran a la obra del pasado,
no han conseguido ser fieles a Dios.
Se han convertido en oponentes de Dios
y son rechazados por la nueva era, y todos, al final, serán castigados.
¿Quién podría dar más pena?
Cuando los que más se aferran a la ley
más lealtad muestran a la ley,
más se oponen con su rebeldía a Dios.
Ya que ahora es la Era del Reino y no de la Ley.
La obra de hoy no se puede contrastar
con toda la obra que se hizo en el pasado;
la anterior no se compara con la de hoy.
La obra de Dios cambió y la práctica del hombre también;
no son para sostener la ley o la cruz.
Así que la lealtad de la gente hacia la ley y la cruz
no será aprobada por Dios.
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”
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