La Biblia dice: “Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová” (Jeremías 17:5). ¿Por qué el Señor Jesús condenó y maldijo al pueblo judío? Fue porque no escucharon al Señor Jesús, sino que consideraban que los líderes del judaísmo estaban muy versados en la Biblia y eran servidores de Dios, así que creían ciegamente en lo que decían los líderes, terminaron siendo engañados por sus rumores, siguiéndoles para clavar al Señor Jesús en la cruz y cometiendo un crimen atroz. ¡Esto demuestra que es demasiado peligroso acoger al Señor sin discernimiento y escuchar a ciegas las palabras de los demás!
Entonces, ¿cómo debemos evitar repetir el fracaso del pueblo judío para acoger al Señor con éxito? ¿Cuál es la mayor sabiduría para acoger al Señor? El Señor Jesús dijo: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen” (Juan 10:27). “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20). Se puede ver que el Señor vendrá a expresar palabras y buscará a Su ovejas mediante Sus palabras en los últimos días. Por lo que, todos los que cuando reconocen la voz de Dios a partir de las palabras del Señor regresado aceptan y siguen a Él, podrán recibir Su regreso. Al igual que los discípulos como Pedro y Juan, etc., no obedecían ciegamente los rumores de los líderes judíos, sino que daban importancia a el sermón del Señor Jesús, y aceptaron y siguieron a Él por reconocer que Sus palabras eran la verdad, al final recibieron Su salvación. Es evidente que escuchar las palabras de Dios es la mayor sabiduría para dar la bienvenida a Él.
Ahora que el Señor ha regresado, Él es Cristo de los últimos días, Dios Todopoderoso. Dios Todopoderoso ha expresado millones de palabras y ha hecho una nueva obra para purificar al hombre. Si creemos ciegamente en las palabras del hombre y nos negamos a buscar e investigar las palabras del Señor retornado, somos fáciles de perder la salvación de Dios. Solo aquellos que buscan con humildad y escuchan si estas palabras son la verdad y tienen autoridad y poder, y aquellos que aceptan y siguen a Él después de reconocer la voz de Dios a partir de ellas, son los que pueden recibir al Señor y asistir al banquete del Cordero.
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