Hoy en día, en algunos países, las ciudades han vuelto a iniciar el confinamiento, la cifra de infectados sigue aumentando cada día, la crisis alimentaria también ha llegado, y muchas personas han muerto en el desastre actual. Ante los desastres, algunas personas se han dado cuenta de que tenemos que apresurarnos a arrepentirnos ante Dios, solo así podremos ser protegidos por Él en medio de desastres. Por lo tanto, empiezan a poner atención en leer la Biblia, e incluso oran y confiesan sus pecados con lágrimas ante Dios. Pero, si confesamos nuestros pecados verbalmente y no ponemos en práctica el arrepentimiento, ¿se puede considerar esto como el verdadero arrepentimiento? ¿Qué es exactamente el sincero arrepentimiento? ¿Cómo podemos lograrlo?
Dios dice: “Antes de que el hombre fuera redimido, muchos de los venenos de Satanás ya habían sido plantados en su interior, y, después de miles de años de ser corrompido por Satanás, el hombre ya tiene dentro de sí una naturaleza establecida que se resiste a Dios. Por tanto, cuando el hombre ha sido redimido, no se trata más que de un caso de redención en el que se le ha comprado por un alto precio, pero la naturaleza venenosa que existe en su interior no se ha eliminado. El hombre que está tan contaminado debe pasar por un cambio antes de volverse digno de servir a Dios. Por medio de esta obra de juicio y castigo, el hombre llegará a conocer plenamente la esencia inmunda y corrupta de su interior, y podrá cambiar completamente y ser purificado. Sólo de esta forma puede ser el hombre digno de regresar delante del trono de Dios. Toda la obra realizada este día es con el fin de que el hombre pueda ser purificado y cambiado; por medio del juicio y el castigo por la palabra, así como del refinamiento, el hombre puede desechar su corrupción y ser purificado. En lugar de considerar que esta etapa de la obra es la de la salvación, sería más apropiado decir que es la obra de purificación”.
A partir de las palabras de Dios, se puede ver que aunque hemos sido perdonados por la redención del Señor Jesús, Él no perdonó la naturaleza satánica en nosotros, todavía tenemos actitudes corruptas como la arrogancia, el egoísmo, el engaño y la maldad, etc., estas son más profundas y obstinadas que el pecado. Si no resolvemos nuestra naturaleza satánica y el carácter corrupto que resiste a Dios, todavía podemos pecar involuntariamente. Esto es la causa por la que somos incapaces de alcanzar el verdadero arrepentimiento. Por lo tanto, cuando Dios regrese en los últimos días, hará una etapa de obra de juicio y purificación para salvarnos de la esclavitud del pecado y purificar nuestras corrupciones, para que podamos lograr el auténtico arrepentimiento y tener la oportunidad de entrar en Su reino.
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