Hacer la voluntad de Dios está directamente relacionado con si podemos entrar en el reino de los cielos. El Señor Jesús dijo: “No todo el que me dice: «Señor, Señor», entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21). Las palabras del Señor nos dicen claramente que no todos los que creen en el Señor pueden entrar en el reino de los cielos, sino sólo los que hacen la voluntad de Dios. ¿Qué es exactamente hacer la voluntad de Dios?
Dios dice: “En cada era, mientras obra entre los seres humanos, Dios les otorga algunas palabras y les comunica algunas verdades. Estas les sirven a las personas como el camino al que deben adherirse, por el que deben andar, la senda que les permite temer a Dios y apartarse del mal, y el que las personas deberían poner en práctica y respetar en sus vidas y a lo largo de sus viajes vitales. Por estas razones Dios expresa estas declaraciones a la humanidad. Las personas deben observar estas palabras que vienen de Él, pues observarlas es recibir vida. Si una persona no las observa y no las pone en práctica, y tampoco las vive en su vida, entonces no está practicando la verdad. Asimismo, si esto es así, las personas ni le temen a Dios ni se apartan del mal ni pueden satisfacerlo. Los que no pueden satisfacerle tampoco pueden recibir Su elogio, y este tipo de personas no tienen desenlace. Por tanto, ¿cómo establece Dios el destino de una persona en el transcurso de Su obra?”.
Las palabras de Dios nos dicen que hacer la voluntad de Dios consiste en escuchar de cerca Sus palabras y actuar de acuerdo con ellas en todos los asuntos. En cada época, Dios expresa palabras para guiar y proveer al hombre. Solo los que son capaces de obedecer las palabras actuales de Dios pueden ser protegidos y bendecidos por Él.
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